Contrastes: un cambio inesperado en la vida de todos

 El caos en Transmilenio:

Foto: Pedro Ruiz (25/07/2019)

Son las 6:15 AM en un día cualquiera antes de la pandemia. Para llegar a clases a tiempo ya debería ir en camino a la universidad y para esto, decidí tomar Transmilenio. En el tumulto de Transmilenio logro encontrar un lugar en el que puedo ir "seguro" de que no me voy a caer. Tomo el celular e intento desbloquearlo pero termino activando la cámara y decido tomar esta foto. ¿Por qué 570 días después aún está esa foto en mi galería? Si no hubiera existido la pandemia, seguramente ya la hubiera eliminado. Tal vez antes de la pandemia nunca la vi y por eso aún existe. Pero ¿Por qué sigue ahí?

Es simple. En esta foto se logra evidenciar la "normalidad" que se vivía, en este caso en el transporte público. Era "normal" ir de un lugar a otro en un bus en el que la gente se comporta peor que los animales y en donde a nadie le importa el otro. Donde la prioridad en las sillas la tiene el que empujó a todo el mundo cuando se abrieron las puertas del bus y no la mujer embarazada o el anciano que anda en muletas porque por "cosas de la vida" le tuvieron que amputar la pierna. La "normalidad" fuera de este bus no era muy diferente. Es "normal" ver al peatón que va con afán al trabajo pasar el semáforo peatonal en rojo. Es "normal" ver al motociclista adelantando autos violando las normas de transito y poniendo en riesgo su vida. Es "normal" que el conductor del auto o del bus se interponga en el camino del motociclista o del conductor de automóvil porque su vehículo es más grande.

Pero ¿Por qué conservo un recuerdo de esa "normalidad"? Les contaré de esto más adelante en la reflexión.


Un atardecer nunca antes apreciado:

Foto: Pedro Ruiz (12/11/2020)
Son casi las 6 de la tarde y estoy en la sala del lugar en el que vivo. Las calles están vacías y prefiero no salir porque soy consciente del daño que le puedo generar a mi familia por causa de la pandemia, así que decido quedarme un rato viendo a través de la ventana y aprecio algo que muy pocas veces o tal vez nunca había apreciado estando en Bogotá. Un atardecer como los que veía en mi lugar de origen: Tame. Pero ¿Por qué solo hasta ahora, 4 años más tarde, aprecio esto? Para mí la "normalidad" era salir de la casa para la universidad antes de las 6 de la mañana y regresar casi siempre a las 8 de la noche. Pasaba todo el día en clase y en los laboratorios de electrónica, pero a decir verdad, jamás me tomaba un descanso para apreciar la belleza de la ciudad en la que me encuentro.


Reflexión

 Me vuelvo a plantear la pregunta que quedó abierta: ¿Por qué conservo un recuerdo de esa "normalidad"? Una cosa está clara y es que es un recuerdo de algo que posiblemente tarde muchos años en repetirse, ¡o tal vez nunca!

A mi modo de ver, muchas personas, así como yo, llevaban una vida agitada y era completamente normal que no reconociéramos, ni siquiera, el entorno en el que vivimos. Desde niños estábamos acostumbrados a correr contra el tiempo para hacer los deberes de cada uno a su debido momento, pero estábamos perdiendo de vista lo que considero hoy, el estilo de vida "normal". No solo debemos enfocarnos en nuestras labores o deberes diarios, sino que también debemos dedicar tiempo a nuestra vida personal y familiar.

Si pensamos en el estilo de vida que deberíamos llevar, nos vamos a dar cuenta de que además de las responsabilidades también hay cosas muy importantes, incluso para la salud mental como la actividad física y la alimentación. Debemos dedicar tiempo a cambiar de ambiente. Si estamos en clase podemos tomar por lo menos 5 minutos para levantarnos de la silla y si es posible, echar un vistazo a través de la ventana y así apreciar las maravillas de la vida.

Ahora que lo pienso, tal vez me perdí de los mejores amaneceres de Bogotá mientras estaba en Transmilenio. ¡Pero como no! si solo estaba enfocado en cumplir con mis tareas y ese tiempo que estaba en Transmilenio solo lo dedicaba a mirar mis redes sociales o a ver las problemáticas de la sociedad en la que vivimos y que se podía evidenciar a diario a través de las ventanas del bus.

En conclusión, debemos ser muy cuidadosos con la forma en la que distribuimos nuestro tiempo, ya que es muy importante la vida personal, pero también es muy importante ser conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor, y lo más importante, luchar para construir un país mejor cada día.

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