La última etapa

 La última etapa: contrariando los pronósticos

Con la finalización del Frente Nacional se esperaba que Colombia entrara a una nueva dinámica de participación política, sin la alternancia en el poder que habían ejercido liberales y conservadores por muchos años, y con ello se inaugurara en el país una manera de hacer política que abriera los espacios democráticos que otrora incidieron en los procesos de violencia partidista.


Desafortunadamente, en esta nueva época se presentó un aumento de la violencia en Colombia dada ya no por los conflictos sociopolíticos de antaño sino por el creciente aumento del tráfico de sustancias alucinógenas, especialmente la marihuana que se producía y exportaba desde los puertos del caribe colombiano.

A la par, los partidos políticos en su competencia por tener el dominio electoral se dedicaron a fortalecer el control sobre los electores, en especial en las zonas rurales con menor presencia del Estado, sin que mediaran propuestas de desarrollo para las regiones o de autonomía para las mismas.

De otra parte, Colombia empieza a vivir una relativa crisis económica generada por el deterioro de las relaciones económicas con el exterior, crisis que no es exclusiva del país, sino que abarca a la mayoría de los países latinoamericanos y que, en el caso nuestro, está dada fundamentalmente por malos manejos en la administración de los recursos del Estado.

Julio César Turbay Ayala, fue el primer presidente elegido por fuera del pacto del Frente Nacional. En su mandato repartió los cargos gubernamentales equitativamente entre los liberales de su partido y los conservadores, quienes recibieron como partido perdedor una cuota de burocracia de aproximadamente un 40%, equivalente a la proporción de sus congresistas elegidos.

A mediados de su mandato, inició de los 80s, Colombia experimenta un aumento en el desempleo urbano, sumado a una persistente inflación y otras complejidades sociales y económicas que el Gobierno de Turbay Ayala fue incapaz de resolver, lo cual nutrió el descontento social y dio origen a muchas manifestaciones cívicas de protesta, en particular en contra de los deficientes servicios públicos.

Además, en el período de su gobierno, Turbay enfrenta el incremento del accionar guerrillero en el país, especialmente el M19 que realiza dos acciones de impacto mediático: el robo de las armas del ejército en el Cantón norte y la toma de la Embajada de República Dominicana. A consecuencia de estos actos, se acepta de manera velada el uso de métodos ilegales para combatir el accionar de los guerrilleros.


Cuando en 1982 llega al poder el antioqueño conservador Belisario Betancur, lo hace capitalizando la reputación existente alrededor de los antioqueños: clase trabajadora y práctica. Declarado rebelde dentro de su partido y con minoría dentro del mismo, Belisario Betancur recurrió a los liberales descontentos para que le ayudaran a ganar las elecciones. Ya en el poder retrocedió al viejo sistema del 50% de miembros de cada partido en los cargos públicos, con lo que repitió el esquema de gobernanza establecido por el Frente Nacional y le dio participación por igual a los liberales y a los conservadores.

La continua ola de violencia que comenzaba a sacudir a Colombia ayudó a contribuir a la creación de un clima de confianza poco propicio para la inversión interna y externa y, mientras que en el resto de Latinoamérica se reflejaban tasas de crecimiento negativas, en Colombia la economía se mantenía con cierto nivel de estabilidad, amparada en los precios internacionales del café.

De otra parte, Belisario Betancur intentó abrir un proceso de diálogo y negociación con las guerrillas de las FARC, EPL y M19 que no llegó a feliz término y que terminó con la fallida toma al Palacio de Justicia por parte del M19, con las terribles consecuencias que hoy, tres décadas después, siga pesando en la memoria de los colombianos. De igual manera, a finales de su mandato, son asesinados el Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla por parte del cartel de Medellín y el excandidato a la presidencia por el partido de izquierda UP Jaime Pardo Leal, grupo nacido de las entrañas de las FARC durante los diálogos con el gobierno.


A Belisario lo reemplazó en la presidencia el liberal Virgilio Barco, un convencido de que el poder alternado y compartido por el Frente Nacional había contribuido a la disminución de la confianza pública en el sistema político. Es por eso por lo que no hizo el mínimo esfuerzo por vincular a los conservadores al gobierno, aunque su experimento de gobernar solo con su partido no le dio los resultados que él esperaba.

Barco tuvo que afrontar el recrudecimiento de la violencia de los narcotraficantes, especialmente del cartel de Medellín, liderados por Pablo Escobar Gaviria. Es durante su mandato que los narcotraficantes asesinan al candidato con más opciones de llegar al poder: Luis Carlos Galán Sarmiento, de cuyo grupo político hacía parte el también inmolado ministro Lara Bonilla. Barco lanzó una ofensiva militar que concluyó con la muerte del segundo hombre en jerarquía en la estructura del cartel de Medellín Gonzalo Rodríguez Gacha, alías el mexicano por su gusto a la cultura de ese país.

Además, a finales de su mandato asesinan también al candidato de izquierda Bernardo Jaramillo de la UP y a Carlos Pizarro, comandante del M19 y quién firmó la desmovilización de su grupo guerrillero para reincorporarse a la vida civil. En este gobierno el orden público se complicó de gran manera con nuevos tipos de violencia, generados principalmente por la industria ilegal de la droga.


Con la muerte de Galán sus hijos nominan al liberal César Gaviria para que recoja las banderas de su padre y es durante su presidencia que las fuerzas del Estado ubican y dan de baja al narcotraficante Pablo Escobar Gaviria.

Y ¿luego qué? Los colombianos siempre nos hemos caracterizado por ver el mejor lado de las cosas y lo mejor, luchar para salir de las dificultades. Como se muestra en el capítulo, Colombia tuvo un crecimiento económico significativo en esos años, incluso mayor al promedio de crecimiento económico de américa latina. Además, en esa década el deporte colombiano empezó a sobresalir en el mundo y en 1989 la selección Colombia clasificó al campeonato mundial y aún con el país sumido en la violencia y el narcotráfico, sus ciudadanos vivieron la alegría del momento demostrando que a pesar de las dificultades, el Colombiano siempre sale adelante.



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